¿Ves un auto o una incubadora?

Si decimos que millones de niños en el mundo mueren después del parto por falta de recursos tecnológicos , probablemente  este dato no nos resulte una novedad. Decir  que esto ocurre principalmente en los países del tercer mundo tampoco llamaría nuestra atención. Aproximadamente unos 4.000.000 de bebes mueren en estos países producto de la falta de tecnología disponible post parto. Las incubadoras hace años que salvan millones de vidas y muchas fundaciones y ONG del mundo han hecho enormes esfuerzos por ayudar a los países de menos recursos para que puedan contar con los elementos tecnológicos que reduzcan la mortalidad infantil.

Parece obvio pensar que si conseguimos el dinero y enviamos a estos países un buen número de incubadoras este problema encontraría su solución. Esto es así… pero solo por un tiempo. Muchos de los poblados que han recibido ayuda e incubadoras para sus servicios sanitarios, al poco tiempo volvieron a sus niveles de mortalidad infantil del principio. Cuando los responsables de las ONG donantes de la tecnología regresaban al lugar observaban que la solución prestada había dejado de ser efectiva.

Las máquinas -como toda máquina- se rompían, y tenían repuestos, como los filtros de aire, que necesitaban ser reemplazados luego de un período de funcionamiento. Los expertos encontraban en los poblados que las incubadoras estaban averiadas y muchas veces ya arrumbadas en algún rincón. Estos lugares se habían convertido en verdaderos cementerios de incubadoras y descubrieron que no contaban con los medios para repararlas de manera fácil y rápida. La falta de repuestos y de técnicos que pudieran arreglarlas volvía la solución inicial a foja cero.

Jonathan Rosen, un curioso ingeniero que en 2006 dirigía el programa de implementación tecnológica de CMIT era, además, amante de los viajes, y decidió viajar a curiosear los países con esta problemática. Llevaba una pregunta en sus mochila: ¿cómo podemos hacer una incubadora funcional para países en desarrollo?. Esto lo llevó a  observar el entorno de manera diferente a los demás y a preguntarse: ¿qué abunda en estos lugares?

Descubrió que había algunos productos que podía encontrar en casi todos los lugares del mundo donde iba: Coca Cola, tabaco y autos. Observó, además, que en los países del tercer mundo había un auto en condiciones de funcionamiento que tenía una mayor presencia: el Toyota 4runner, y que esto hacía  que uno pudiera encontrar fácilmente repuestos para reparar este modelo y mecánicos capaces de reparar sus averías. Al reencuadrar su mirada del lugar focalizándose en lo que había, más que en lo que faltaba, pudo imaginar y diseñar hacia el futuro un nuevo producto a partir de los recursos que había disponibles en el presente.

Fue así que decidió crear una incubadora con las piezas de este auto. ¿Cómo saber cuales eran las piezas útiles? Pues descartando las inútiles. Al hacerlo, le quedaron disponibles, por ejemplo, los faros que podían ser la fuente de calor para la incubadora, el ventilador del aire acondicionado que mueve el aire dentro de la cámara, o el pistíllo de abrir la ventanilla del auto, que podía servir para abrir la cubierta de la incubadora.

Rosen pudo ver una incubadora donde otros veían solo un automóvil, y pudo ver técnicos de aparatos médicos donde otros solo veían mecánicos de autos. A partir de esta visión, concretó la Neo Nuture, considerada una de las 50 mejores ideas del 2010 por la revista Time. Además, esta incubadora tenía un costo aproximado de 1.000 dólares, contra los 25.000 dólares del costo habitual de una incubadora hasta el momento.

Su invento permitió ser usado efectivamente por largo tiempo en países del tercer mundo y solucionar los problemas de escasez y averías. El prototipo inicial se hizo con repuestos del Toyota 4runner, pero se puede adaptar a cualquier marca y modelo del coche. Este gran invento salva millones de vidas de bebes prematuros cada año.

La Inteligencia Apreciativa de Rosen para reencuadrar la realidad y apreciar los recursos del presente, junto a la capacidad para llevar adelante las acciones necesarias para la concreción de su sueño, su perseverancia y tolerancia a la incertidumbre, fueron los responsables de su logro. Puede sonar extraño, pero la Inteligencia Apreciativa salva millones de vidas al año. Desarrollar esta inteligencia no es un lujo trivial, sino una capacidad humana que puede hacer una diferencia positiva en la humanidad.

Laura Isanta.