Es la habilidad de ver el todo y seleccionar deliberadamente lo mejor y lo preciado. Es la capacidad de imaginar el mejor futuro con el potencial del presente y tomar las acciones necesarias para que ese potencial se manifieste.
Algunas de sus ventajas para las organizaciones son:
Mejora la calidad de las relaciones laborales.
Promueve los estados emocionales positivos como el optimismo y la inspiración.
Aumenta la autoeficacia de los líderes.
Alimenta la motivación y el protagonismo.
Incrementa el bienestar personal y laboral de las personas.
Disuelve los obstáculos que impiden el fluir de las comunicaciones y los procesos.
Facilita la cooperación en los equipos de trabajo.
Reduce la negatividad y aumenta la positividad.
Acrecienta la confianza.
Las organizaciones que solo trabajan desde el paradigma de la “resolución de problemas” pueden ser efectivas pero difícilmente alcanzan la excelencia. Para lograr excelencia y un crecimiento organizacional acorde se necesitan comportamientos y actitudes específicos que faciliten la puesta en práctica de fortalezas y el aumento de estados emocionales positivos que conectan a las personas con la creatividad, la innovación y el aprendizaje.
La conducta organizacional apreciativa abre nuevos enfoques para el cambio y aporta a las organizaciones un mayor crecimiento. Identificar, desarrollar y aumentar las habilidades apreciativas de los integrantes de una organización conduce a grandes recompensas a corto, mediano y largo plazo.
La apreciatividad es Acción