Cuando el mundo se ponga lindo, me avisan

Uno de los planteos más habituales que escucho en mis talleres y charlas es ¿cómo se puede ser apreciativos en un mundo tan conflictivo? ¿cómo serlo en un mundo donde aún vemos tanto sufrimiento e injusticias? Esta pregunta en verdad no me asombra, pero si me preocupa. Me preocupa por lo que ella despierta en las personas.

Hace unos años, al toparme con el chiste del genial Quino, que pone en boca de Felipe la magnífica frase “He decidido enfrentar la realidad así que apenas se ponga linda me avisan”, me di cuenta que la mayoría de nuestros comportamientos no arrancan porque esperamos que la realidad u otros lo hagan primero. Esto es un gravísimo error.

No podemos esperar a que el mundo sea apreciativo para actuar con aprecio, si hacemos esto, corremos el riesgo de postergar esta virtud infinitamente. Lo que nos hace virtuosos es la práctica de la virtud. Cómo dice Aristóteles, “El herrero se hace herrando”.

Lo recomendable es empezar de inmediato, sin esperar que la realidad se ponga bonita, porque esto difícilmente ocurra al 100%. Siempre habrá pesares, injusticias, enfermedades y enfrentamientos en las familias, las empresas y las comunidades, usarlos de excusa para no ser apreciativos no es una actitud recomendable. Debemos aprender y practicar el aprecio en este mundo, aquí y ahora, no en un mundo ideal. Ese es nuestro mayor desafío.

Una buena manera para empezar es acercarnos más a personas apreciativas, que las hay, para que esta virtud no se debilite en nosotros. Personas que nos sirvan de inspiración y motivación para hacer rodar de manera recurrente esta virtud en nosotros. Lo mejor es realizar esto de inmediato y dejar de dilatar el progreso.

¡Hora de comenzar! ¡Hay mucho de lindo en el mundo!

Laura Isanta.