El éxito de Messi y la Apreciatividad conmigo

Hace muchos años que utilizo el siguiente video como ejemplo de Apreciatividad con nosotros mismos. Para entender parte del triunfo del sábado de la Selección de fútbol Argentina en la Copa América, debemos observar varias aristas del equipo y también remontarnos a los inicios de la vida futbolística de su capitán.

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A los 8 años, Lionel Messi fue diagnosticado con una deficiencia en la hormona del crecimiento y su contextura física lejos estaba de poder llegar a ser la de un gran goleador. Sin embargo, a los 13 años se radicó en España, donde el Barcelona accedió a pagar el tratamiento que costaba u$s 900,00 por mes y que sus padres no podían pagar. Tiempo después a los 17 años hizo su debut oficial, en octubre del 2004. De allí en más, sus logros lo llevaron a ser considerado por muchos el mejor jugador de la historia del futbol.

Si miramos su cronología podemos notar algo que, a mi entender, ha sido muy significativo para alcanzar su éxito: el foco. Tanto él como sus entrenadores fueron conscientes de sus debilidades físicas, pero el foco de su desarrollo no estuvo puesto en querer “arreglarlas” sino en sacarle brillo a sus talentos.

“La pulga” supo convivir con sus debilidades haciéndolas irrelevantes. Esto -que quizá nos parece elemental- no es lo que habitualmente hacemos. En especial, porque la cultura y la educación no solo no lo enseña, sino que, por el contrario, nos marca con rojo lo que no está bien y nos induce todo el tiempo a tener que repararlo, quitándole energía y tiempo de entrenamiento a nuestro verdadero potencial.

Por mucho que le saquemos brillo a una moneda de cobre nunca será de oro. Por mucho que intentemos crecer en aquello que no es nuestra naturaleza nunca llegaremos a ser tan brillantes como quiénes sí cuentan con un determinado talento y lo entrenan.

No estoy diciendo que no nos ocupemos de las debilidades, ellas pueden tener consecuencias negativas que hemos de atender. Messi se ocupó de su enfermedad, pero no uso el 100% de su energía en ello, es más, me atrevo a decir que su gran secreto fue en dedicarle solo la atención justa y necesaria.

Como él mismo dice en el video, aprendió a jugar con la pelota en el piso y a aprovechar las ventajas de su cuerpo. Hoy sabe que lo que parece ser malo para algunos, puede ser muy bueno para aquellos que son capaces de capitalizarlo.

Laura Isanta.